El texto argumenta que el contenido de la televisión
colombiana es deprimente. Afirma el autor que cada vez la información está más
ausente, y ese espacio está siendo
rellenado por un entretenimiento tonto y amarillista. Luego el autor expone que
se está negando la posibilidad de la información. Se vende basura, se esconde
el derecho de informarse detrás de un show, de un reality detrás de una
apariencia física. El texto finalmente concluye que la teleaudiencia es
manipulada por las familias apoderadas del país. Que vende programas vacíos en
contenido formativo e informativo. Lo que pide en autor, es respeto con la
sociedad, con la gente consumidora de basura.
El arte de desinformar. Por Hector Abad Faciolince
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